Reseña

Jorge Oteiza

4 de 5 estrellas
  • Arte
  • Crítica de Time Out
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Time Out dice

Alerta. Estamos ante uno de los mejores artistas peninsulares de todos los tiempos. El nombre de Jorge Oteiza (Orio, 1908 - Donostia, 2003) debería figurar, en igualdad de condiciones, junto al de Cézanne, Mondrian y Malevich. El propósito experimental llevado a cabo entre su regreso de América, en 1948, y en 1959, encarna una década prodigiosa en la odisea del espíritu en busca de los confines del espacio. Consecuente con el resultado, al tocar pared decidió que no valía la pena seguir, menos aún repetirse. Y se dedicó a la pedagogía, la antropología vasca y la poesía. Según Oteiza, "lo que el artista transforma es a sí mismo. Y es este hombre, transformado por el arte, que puede desde la vida transformar la realidad ".
La única ocasión en que pudimos ver una retrospectiva de Oteiza en Barcelona fue en 1988. Ahora, siempre que queramos, podemos ir a su museo de Alzuza (Navarra). Pero vale la pena aprovechar y ver en La Pedrera como en poco más de diez años el escultor vasco pasa de la figuración expresionista al desempleo de la esfera o del cubo, con unas sutiles maneras que entenderán antes nuestra alma que nuestro cerebro. Recuerde el monolito de '2001: Una odisea del espacio'? Pues los cubos de Oteiza son lo que debía percibir el astronauta después de tocar Dios. El escultor vasco es un místico que excava el espacio mediante la geometría. Lo mismo que hacía Gaudí, pero con un propósito totalmente opuesto. Y es que el uno era mediterráneo y el otro atlántico ...

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4 €
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