Joan Ponç. Diàbolo

La pintura de Joan Ponç no recuerda a ninguna otra. Se escapa de las grandes clasificaciones artísticas del siglo XX. Entonces aparecen una serie de palabras que, poco o mucho, ayudan a hacer una definición aproximada: realismo mágico, onirismo, simbolismo, fantasía, surrealismo, mística, africanismo. Ponç abre las puertas del infierno y deja salir animales y diablos. La suya es una pintura al abismo, oscura, que remonta con toques carnavalescos.

Hacía años que se hablaba de la necesidad de presentar una retrospectiva de su trabajo, y, al fin, ha llegado. La exposición, que toma el título de un texto de Joan Brossa, ilustrado por el artista y publicado en la revista 'Dau al Set', reúne más de un centenar de piezas. Un largo viaje por el universo Ponç, que coincide con la antológica dedicada a Brossa, el amigo que precisamente le convenció de explorar el automatismo.