Reseña

Exposición Inaugural

3 de 5 estrellas
  • Arte
  • Crítica de Time Out
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Time Out dice

La ley de arrendamientos urbanos ha sido dramática para el sector del galerismo. Su centro neurálgico, alrededor de la calle Consell de Cent, se ha volatilizado como el casco antiguo de Hiroshima el día A a la hora H. Los dados han enviado al quinto pino a la Joan Prats, la Senda y la Taché.
Pero ey, a grandes males, grandes remedios. Si prevalece nuestro amor al arte, conoceremos rincones insospechados de la ciudad. Como la calle de México, en el lateral de la avenida de Maria Cristina, debajo de la nueva sede de la Bullipedia y junto al CaixaForum. Allí ha ido a parar la galería Carles Taché, un espacio monumental, diáfano, ideal para el arte, al que se llega después de cruzar un pequeño laberinto postindustrial bajo rampas retrofuturistas.
Como buen vecino, Carlos propone un menú de degustación de bienvenida con los mejores artistas de la galería, creadores de entre 45 y 76 años lo suficientemente maduros para acumular dos premios Turner, dos nominaciones y un montón de promesas de futuro.
No hay aquí espacio suficiente para detallar los ocho artistas representados: Tony Cragg, Antoine d'Agata, Michael Joo, Cornelia Parker, Javier Pérez, Sean Scully, Bosco Sodi y Keith Tyson. O sea que haré siquiera mención de un solo ángulo de la sala, lo que une tres piezas de intenso color rojo: 'Sinbad' (2000), un gigantesco tubo de bronce arquetípico en la obra de Cragg, imposible de obviar; una presencia que te invita a adentrarte en el interior para que al mismo tiempo te lo impide. La impactante 'Carroña' (2013) de Javier Pérez: un monumental lámpara de cristal de Murano roto sobre el que ocho cuervos disecados en devoran los restos. Y 'Untitled' (2013), una gran roca volcánica teñida por el mexicano Bosco Sodi, muralista errante que había vivido en Barcelona. Ay, los alquileres!

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