La taberna de Els Quatre Gats, punto de encuentro de intelectuales y artistas del modernismo como Casas, Rusiñol, Nonell o Picasso, se ha convertido con el paso de los años en un mito para todos aquellos interesados en el mundo de las artes de nuestro país. Se ha escrito mucho entorno a este establecimiento y sobre los artistas que lo frecuentaban y, a pesar de todo, aún quedan muchas cosas por decir.
La galería Gothsland, siguiendo la línea de recuperación y difusión de este periodo, propone una muestra de más de un centenar de piezas de su fondo que permiten adentrarse en la órbita artística que en el cambio de siglo que tenía como centro de gravedad el establecimiento de la calle Montsió. No faltan los grandes nombres. Están representados, con algunas obras magníficas, Casas y Rusiñol pero también tienen cabida otros nombres menos conocidos como Lluís Graner, Pau Roig o Joan Cardona, todos ellos figuras que hay que reivindicar. También juega un papel importante el dibujante Ricard Opisso, representado con dos retratos inéditos del arquitecto Antoni Gaudí y protagonista destacado del catálogo de la exposición, donde se publica buena parte de sus memorias inéditas con datos fascinantes sobre la muerte de Casagemas, el gran amigo de Picasso.
La exposición hace aflorar las relaciones, las afinidades y las rivalidades entre dos generaciones de artistas modernistas, entre la generación de Casas y la generación de Nonell, entre el gusto burgués y la pintura miserabilista. Es, en definitiva, el reflejo de una época tan convulsa como estimulante.