A Brossa (Perejaume, 2009)
Perejaume, 2009

Perejaume, uno de los artistas catalanes más celebrados, se declara alumno de Joan Brossa: el artista, poeta, mago y sinvergüenza que nos descubrió la poesía visual. Siguiendo este espíritu lúdico brossiano, Perejaume utiliza una medianera en la plaza de la Prosperitat, en el barrio homónimo, donde escampa entre la pared y el suelo las seis letras de su nombre, unidas por unos puntos que, según el artista, se inspiran en el juego de la charranca. Pero el nombre de Brossa no es tan fácil de ver, hay que adivinarlo de lejos...

Arte en la calle en Barcelona

No hace falta ir al MACBA para ver arte del siglo XXI, Barcelona está llena de obras maestras en diferentes rincones

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Ya no se estilan los monumentos. Grandes figuras humanas, a veces a caballo, fundidas en bronce para conmemorar a los padres de la patria o a los desaparecidos en mil y una contiendas. Estamos en la era de Facebook, donde lo que es público es sustituido por lo que es compartido, los like y el selfie complaciente. Monumentos como el dedicado a Frederic Soler Pitarra, en la Rambla, sugieren mundos arcaicos, desfasados, a medio camino del tótem y lo pasteloso.

La era de los monumentos se acabó con la caída de las Torres Gemelas. Ahora, los mejores homenajes están construidos con el vacío, como el Solc a Salvador Espriu (2014) que cavó -es una forma de hablar- Frederic Amat en los Jardinets de Gràcia. El siglo XX fue el siglo de las utopías, el siglo de las dos guerras mundiales, los genocidios, la bomba atómica y la Guerra Fría. El siglo XXI no es que sea mucho más pacífico, pero ha evolucionado en conceptos como "estado del bienestar" y "cosa pública", y ha instaurado los "valores líquidos" y el "poder blando" de la posmodernidad.

Y esto se nota en los monumentos, perdón, en el arte en la calle de Barcelona, en su mayoría pagado por las instituciones. ¿Tardaremos mucho en ver arte público financiado por Verkami? ¿Nos quejaremos cada vez que las autoridades inauguren una obra de arte porque querríamos ver ese dinero destinado a algo más útil? Porque, claro, ¿para qué sirve el arte? En nuestra casa escogemos nosotros mismos la decoración, pero en la calle... ¿Por eso hay cada vez más monumentos de estética minimalista? ¿Podríamos hacer una lista con los temas más pasados de moda a la hora de hacer arte en la calle, y otra con temas emergentes? Por ejemplo, militares, religiosos y políticos están de capa caída. Escritores -preferentemente poetas-, causas como el sida y las minorías discriminadas, asociacionismo civil y espacios de intervención lúdica, cada vez cotizan más.

Todo esto, y mucho más, lo podéis ver en la web del Ayuntamiento. En la sección "Por temas" hay un enlace al catálogo de arte público: un total de 2.815 obras que cubren 800 años de historia monumental, excelentemente documentada.

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