Reseña

Art Nou 2016: Núria Güell. Buenas Intenciones

4 de 5 estrellas
  • Arte
  • Crítica de Time Out
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Time Out dice

En mi país ideal, el arte serviría para arreglar los problemas de este mundo. La realidad es, sin embargo, que, como mucho, a pesar de las buenas intenciones, los artistas sólo pueden contribuir a sacudir conciencias. Este es el caso de Nuria Güell, que consigue que cada uno de sus proyectos sea una pequeña revolución. Es una especie de justiciera -sin capa ni antifaç- que pone el foco sobre problemáticas globales, prueba los límites de la institución artística y tensa la legalidad. La pieza que da título a la exposición recuerda el negocio del coleccionismo de antigüedades que hay detrás de la guerra de Siria. 'Apátrida por voluntad propia', un 'work in progress' que el verano pasado se vio en la exhibición 'Prophetia' de la Fundación Miró, es el enrevesado proceso burocrático de solicitud de renuncia a la nacionalidad para obtener el estatus de apátrida. En otro ámbito, en el estremecedor vídeo 'La Feria de las Flores', con un grupo de jóvenes que han sido víctimas de turismo sexual hace una visita por la pintura de Botero -que a menudo utilizaba prostitutas como modelos- en el Museo de Antioquia de Medellín. A lo largo de seis obras (la muestra se completa con 'Análisis del discurso', 'Support Swedish Culture' y 'Arte Político degenerada'), a modo de grandes dilemas éticos, el artista pone en juego procesos colectivos, memoria y experiencias. Expone situaciones conocidas, pero olvidadas. Resulta incómoda: es una voz necesaria.

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