5 huellas de la Bauhaus en Barcelona

El Pabellón Mies van der Rohe es un símbolo de la arquitectura moderna. En 1928, el arquitecto y Lilly Reich, mano derecha de Mies y profesora de la Bauhaus, reciben el encargo de dirigir la participación alemana en la Exposición Universal de 1929, en Barcelona. El resultado: un edificio de planta libre, espacios flexibles y unos materiales constructivos (vidrio, mármol, acero) que favorece la sensación de ligereza del conjunto.

La obra era efímera y desaparecería en 1930; pero en los años 80 y gracias al impulso de arquitectos municipales, como Oriol Bohigas y Ignasi Solà Morales, se llevaría a cabo la recuperación de un espacio emblemático. En 1986 la reconstrucción del Pabellón Mies volvía a su lugar original.

De entre el mobiliario diseñado para vestir el pabellón alemán, sobre el que Reich tuvo un protagonismo fundamental, destaca la silla Barcelona que, de alguna manera representa el concepto del "menos es más" de Mies. El arquitecto y Lilly Reich la concebieron como asiento para la realeza española, aunque parece que Alfonso XIII nunca se sentó en ella, y se inspiraba en la antigua Roma. "Siento que debe ser posible armonizar lo viejo y nuevo en nuestra civilización", diría Mies. La silla en piel y estructura de acero la produce Knoll desde 1948.

La Bauhaus representó una nueva manera de educar en las artes plásticas y el diseño; fomentar los sentidos y favorecer la experimentación formaban parte de los idearios de una escuela que también contribuyó a cambiar la concepción más clásica de las bellas artes. La arquitectura, el diseño, el textil y el trabajo en madera se acercaban ahora a disciplinas como la escultura y la pintura.

Fueron maestros de la Bauhaus László Moholy-Nagy, Anni y Josef Albers, Marcel Breuer, Kandinsky y Klee, Oskar Schlemmer y Gunta Stölzl. Y impartían clases en los talleres: enseñaban ebanistería, trabajo del metal, textil, artes gráficas, fotografía, escultura...

Si bien la Escuela del Trabajo de Barcelona, de finales del siglo XIX, es un proyecto anterior al de la escuela de Weimar en la manera de hacer de centros educativos como La Massana y Elisava sí se reconocen rastros de las nuevas maneras promovidas por la Bauhaus.

El dispensario antituberculoso de Josep Maria Sert, espacio de actualidad, pertenece al movimiento que impulsó la arquitectura moderna en nuestro país, el GATPAC. Partían de los principios de la arquitectura racionalista que triunfaba en Europa, bebían de las ideas de Le Corbusier y también de la filosofía de la Bauhaus, de Gropius y Mies, a la que llegan a través de conferencias y revistas.

Los del GATPAC harían como los de la Bauhaus: apostar por una arquitectura sin ornamentos, hecha con los materiales que representaban la modernidad (ladrillo, acero, hormigón, vidrio) y con una cierta connotación política, como demuestra el proyecto de la Casa Bloc, que reivindicaba la vivienda digna para la clase trabajadora.

Addenda Architects, una firma de arquitectura de Barcelona, son los responsables del nuevo edificio de la Bauhaus Dessau Foundation. Se trata de una obra de 5.000 metros construidos, que se terminará en primavera, y donde se alojará el museo-colección de la que fue la segunda sede de la escuela, después de Weimar y antes de Berlín. El edificio histórico –la famosa obra de Gropius– está protegido por la Unesco y no cumple las normativas actuales.

El nuevo espacio mantiene la filosofía bauhausiana: ligereza espacial y una paleta de materiales reducida e industrial. Desde Addenda, el arquitecto Jose Zabala reconoce que "la Bauhaus es un referente con la que todos nos hemos educado y siendo arquitectos es una referencia, en la forma de diseñar y de pensar".

La Fundación Mies van der Rohe incluye en la programación del 2019 diferentes actos que evocan el centenario de la Bauhaus. En mayo presentan 'Tiny Bauhaus', un cubículo de 8 metros cuadrados que recrea el universo de la escuela de diseño; también destaca la reedición del libro 'Mies van der Rohe. El Pabellón de Barcelona ', publicado por Gustavo Gili; en septiembre, habrá debates en torno a la figura de Mies, muerto hace 50 años; y una instalación que rememora quien fue su estrecha colaboradora, Lilly Reich, para reivindicar la igualdad en arquitectura.