No confundáis la playa de Sant Sebastià de Sitges con la de Barcelona, dos localizaciones muy diferentes dedicadas a un mismo mártir cristiano. La sitgetana se encuentra entre el casco antiguo y el puerto deportivo del pueblo, enclavada en un barrio de tradición marinera. Forma parte del Garraf, a menos de una hora en tren de Barcelona, y si tenéis ganas de explorar la zona también os proponemos unas cuántas escapadas por la comarca garrafina. Es una playa familiar frecuentada por los sitgetans, con una longitud de más de 200 metros. Desde la arena se disfruta de magníficas panorámicas del casco antiguo, enclavado sobre un pequeño cerro que domina el Mediterráneo, convirtiéndose en un punto de entrada y salida orgánico. La playa dispone de todos los servicios y está adaptada para personas con movilidad reducida. Podríamos decir que es una de las más bonitas del pueblo, aunque la apical de Aiguadolç le gana el pulso en naturaleza, mordiendo el bosque del norte.
¿Qué visitar cerca de la playa sitgetana?
Si tenéis ganas de poner a prueba las piernas, recomendamos dirigiros hacia la centenaria Iglesia de Sant Bartomeu y Santa Tecla, que ya la habréis visto desde la lejanía mientras os nutríais del sol -se hace notar, sobre las rocas-. De camino, entre los empedrados callejones encontraréis edificios icónicos y museos todos concentrados en un mismo punto: el Museo de Cau Ferrat, el Museo de Maricel y su Palacio o el Edificio Miramar, además de varios miradores para poder contemplar un mar infinito que corta la respiración. Si el cuerpo solo pide reposo, podéis optar por desplazaros hasta la espalda de la playa, un paseo que cuenta con un buen escuadrón de restaurantes que tocan todos los palos. ¿Queréis visitar más? Os explicamos todos los secretos para descubrir Sitges.
San Sebastián, el mártir más conmemorado
Sant Sebastià tiene una playa, una calle, una ermita y un cementerio en la misma villa de Sitges. ¿Qué tiene que hace que los aldeanos lo alaben tanto? No lo sabemos, pero sí que sabemos que la playa está oficialmente hermanada con la de La Concha de la ciudad de San Sebastián (la más famosa de Donostia). La prueba la encontraréis en la barandilla que protege la costa sitgetana: una réplica de un esqueje de la barandilla que rodea la de la Bahia de La Concha regalada por el mismo Ayuntamiento de la región -se ve enseguida, pintada de color blanco y con motivos florales y circulares que contrastan con la metálica de Sitges-. También sabemos que en julio del 1927 Salvador Dalí escribió un texto titulado 'Sant Sebastià' en las páginas de la antigua revista sitgetana 'L'Amic de les Arts', acompañada de una imagen turbulenta que representaba el torso de San Sebastián con la cabeza de un lenguado. Confirmando el fuerte vínculo que tiene Sitges con esta figura no respondemos al porqué, más bien aumentamos la intriga para resolver el misterio (perdonadnos), que sigue siendo una incógnita.