1. Los más pequeños son muy espabilados
Aún hay cierta reticencia a enchufarle a nuestros hijos música que creemos que es más bien para gente de más edad. Muchos pensamos a veces que no van a comprender la música clásica, o que no les gustará el jazz, o que hay cierto rock que es mejor que escuchen cuando sean casi adolescentes. Y nos olvidamos de que los niños son criaturas increíbles que no tienen ningún prejuicio y que aceptan toda la música de manera natural, son receptivos e incluso les gusta –y mucho– lo que creemos que nunca jamás les podría gustar siendo tanto pequeños. Así que una iniciativa como Escuela de Rock es el antídoto ideal para hacer desaparecer algunas ideas basadas en prejuicios. Cuando la actividad es divertida y la música es buena, los niños responden bien, así que te animamos a que vengas con toda la familia, con hijos, sobrinos, quien sea, y os divirtáis. La música no es un examen, es comunicación, y de comunicación sabemos un montón.