Cuando hablas de microteatro en Madrid, La Casa de la Portera es un referencia obligatoria. Para quienes aún no la conozcan, se trata de una vivienda en el centro de Madrid (la antigua casa de una portera), de 100 metros cuadrados, transformada en espacio escénico con un resultado fascinante. Sólo por ver la decoración con esas paredes rojas, esas cómodas butaquitas que había también en casa de tu abuela… merece una visita. Una sala de estas dimensiones sólo permite unos 24 espectadores, con lo cual se consigue “un tipo de teatro íntimo, cercano, el público vive una experiencia totalmente inmersiva y diferente a la que experimenta en un teatro convencional”, nos explican. Estás realmente dentro de la obra, viéndola a un palmo de tu cara, en una casa y con un grupo pequeño.
Sin embargo, sus montajes no son breves. Duran, de hecho, a veces más de dos horas. Pero su programación es muy buena con reinterpretación de clásicos teatrales, cabaret, variedades y más que combinan autores emergentes con otros más consolidados. Es toda una experiencia más que recomendable.