Si paseas por la calle gastronómica de Madrid por excelencia, Ponzano, claro, divisarás un neón que llama la atención de cualquier viandante. Acércate, ¿qué es? Un percebe que centellea y nos anuncia que estamos ante una taberna gallega 2.0. Hemos llegado a Taberna Furtivos. Al frente, Pucho Landin, un entusiasta de los fogones y gallego de nacimiento, que ha pasado por las cocinas de El Culler de Pau, Streetxo, Barra Atlántica y Sargo, espacio en el que ejerce de jefe de cocina, entre otros.
Chamberí, y Ponzano concretamente, siempre ha gozado de un buen puñado de paradas gastronómicas interesantes; algunas llevan el nombre de la calle y un número o cualquier otro nombre propio. Por ejemplo, Alipio Ramos. Esa tradición tabernera/vermutera/cervecera ha ampliado y reverdecido su oferta en los últimos meses. Nuevos negocios, con un claro signo contemporáneo, han llegado para quedarse.
Ahora el paseíllo de ración+cañas+charlas entusiastas antes de la comida familiar de fin de semana se extiende hasta la hora del café (o del destilado o el cóctel incluso). Dinamitan los horarios, se santifican los días entresemana, menos concurridos. El tiempo queda suspendido, gracias a gente como Javier Bonet. En apenas una manzana, el suspiro (gasolinera incluida) que va de la esquina con Santa Engracia a José Abascal, la concentración de locales apetecibles, gente bien, jóvenes foodies y parroquianos de la vieja escuela resulta tan animada como ineludible. En este reportaje arrancaremos, sin embargo, unos metros antes de nuestra vía protagonista.
Pasados los primeros números, siguiendo hacia el norte, la distancia entre los puntos de interés se dilata hasta llegar a una zona yerma, donde hemos sugerido un digno oasis llamado Sylkar. Un leve desvío para alcanzar, en el tramo final, el gozoso territorio del chef Estanis Carenzo y una posdata firmada por César Martín.
De un “almacén” con street food brasileña a una pizzería argentina de última generación. Un sashimi refinado o unas cañas bien tiradas. Comer de pie, comer sentado... Por orden de aparición como si fueran títulos de crédito. Allá van nuestros favoritos. No corran, que hay para todos.