Considerada una de las mejores barras de Madrid, la del restaurante y vinoteca García de la Navarra es parada obligatoria si os aproximáis por la zona de Retiro, tras el Ayuntamiento. Ya sea de pie o sentados, siempre es un placer disfrutar de alguna de las más de setecientas referencias de vino con las que cuenta esta casa y que administra con maestría Luis García de la Navarra.
Sus recomendaciones semanales, escritas en pizarra, encandilan a los parroquianos que abarrotan esta taberna tan actual como de toda la vida, y es que siempre se puede descubrir algún capricho nuevo, de España o del mundo, jereces, champanes… Para todos los gustos.
El corazón es dicha barra y en ella se puede comer de pie o en algunas mesas altas, aunque merece la pena sentarse en la pequeña sala al fondo a degustar con calma las propuestas culinarias del otro hermano, Pedro (o ya de paso visitarle en la contigua Taberna de Pedro). Prima el producto fresco, de mercado, elaborado a la manera tradicional.
Según temporada, la caza o las verduras de Navarra suelen acaparar el apartado ‘fuera de carta’ que también se escribe en la pared del restaurante. Un día es borraja salteada, otro unas maravillosas judías con jamón que rivalizan con las que sirven habitualmente en ensalada con foie gras. Estas opciones, que cambian a diario, pueden compartir espacio con un lenguado gallego al horno o un rodaballo salvaje. Aquí también se muestra su menú cotidiano, a 25 euros.
Siguiendo con el mar, ya en la carta, los chipirones encebollados son nuestros favoritos, aunque la vista suele (y debe) ir directa a la sección de guisos. Dominan el cuchareo, y para muestra ahí están unas impresionantes patatas a la importancia con rape o sus fantásticos callos. Imprescindible.