"El Madrid actual es un batiburrillo burgués hedonista y consumista"

Cada tarde que pases por la Gran Vía, los verás. En 'su' esquina. La de Madrid Rock, cerrada en 2005. Los gemelos José y Emilio Alcázar son tan famosos que incluso proponen dedicarles una estatua. Con sus chupas de cuero, sus pantalones ajustados y su pelo largo, parecen rudos. Nada más lejos de la realidad. Esa apariencia oculta dos corazones sensibles. Y dos mentes cultas, muy cultas. Citan a Jung, a Marx, 'El Capital', a Bakunin, el budismo...

Estudiaron Historia y, tras sobrevivir a las drogas, a sus 48 años hablan sobre la verdad de la vida y esclavitud del mundo moderno, la búsqueda interior. Llevan 20 años sin trabajar y 12 en esta esquina, a modo de protesta, de barricada cultural. ¿Cuánto tiempo seguirán? Ni ellos mismos lo saben.

¿Hasta cuándo seguiréis aquí?
Madrid Rock no sólo era una tienda de música, era un referente cultural, y cuando la cambiamos por trapos baratos perdimos todos. El secreto de la vida radica en el presente absoluto, en el aquí y el ahora, hoy estamos aquí y mañana ya veremos.

Así que venís haga el día que haga
Venimos en verano, en invierno, lloviendo y hasta nevando. Esto no sería una barricada contra el sistema si solo viniéramos cuando es veranito. Esto es más reivindicativo y representa una revolución cultural por su dificultad, por lo poco hospitalaria que es la calle. El rock and roll ha ido siempre indisolublemente unido a la puta calle.

¿Y qué habéis aprendido en la calle?
Aquí hemos aprendido humildemente a ser personas y a no mirar a nadie más que con hermandad y toda la empatía posible.

¿Qué os parece el Madrid de hoy?
El Madrid actual es una especie de batiburrillo burgués hedonista y consumista, que cada uno tiene el derecho y el reto de cambiar. El centro lo han intentado convertir en un Corte Inglés de una planta y no todos bajamos las orejas. La ciudad está depauperada por el desgaste de 25 años de PP-PSOE, pero es tiempo de cambiar.

¿Sabéis que tenéis fans hasta en Facebook?
Internet es otro de los tentáculos del sistema para que la gente esté enganchada en su tontería de pantalla y no mire donde tiene que mirar, que es dentro de sí mismo.