En Modo Swing imparte talleres en cinco céntricos locales de Madrid: en La Corrala de la Danza (en Lavapiés, calle doctor Piga 5); en la escuela Amor de Dios (calle Santa Isabel nº 5), en Nacho's (Santa Isabel, 7) y en Tribunal, en el Centro Masala (calle Andrés Borrego nº 10) y en Espíritu 23 (Espíritu Santo nº 23). Tienen más de 200 alumnos y llevan más de tres años funcionando. Lo más demandado es el lindy hop, “un estilo muy similar a lo que vemos en las películas de los años veinte”, nos explica Javier López.
“El éxito del swing”, continúa Javier, “radica por un lado en la música (es la típica que oyes en un bar y te gusta), por otro en que tiene una dificultad accesible (lo ves y te parece bonito y difícil, pero luego ves que consigues bailarlo), y por otro por la parte social (conoces gente, y no sólo en plan de ligar, como puede ocurrir con otros bailes, sino simplemente con ganas de bailar y disfrutar)”. Para él, “el swing es un fenómeno cultural porque se transforma en un estilo de vida y todos intereses se transforman gracias al baile”.
En Modo Swing, además de sus clases regulares, organiza, todos los miércoles, a las 22.30, en el Teatro del Barrio, en Lavapiés, una Noche de Swing (con entrada libre). “Se llena”, cuenta Javier, “estamos hasta la 1.30 am y porque cierran el teatro, si no nos quedaríamos más. Y si hubiera más días, también se llenaría. Al principio tocamos un poco en directo, hacemos una jam session, y eso ya anima a la gente, que a veces está un poco cortada a la hora de empezar. Se toman una cerveza, bailan y practican lo de clase. Es muy divertido”.